¿El toreo es un arte?: De la pasión a la sangre

Imagen del banco Pixabay

Todos han oído hablar de las corridas de toros y un montón de personas han participado de ellas; sin embargo, en muchos casos cuando preguntas a los espectadores cuál es el motivo por el que lo hacen, encuentras respuestas arbitrarias que terminan en un: «¡Porque es arte!»… Pero, ¿el toreo es un arte? ¿hasta qué punto y por qué?

el toreo es un arte

Autor Desconocido (1900). Cartel de inauguración de la Plaza de Toros de Las Arenas (Barcelona)

Culturalmente hablando

Existe una enorme polémica alrededor de este tema: quienes lo apoyan y quienes se oponen rotundamente; creando un debate que da lugar a un sinfín de textos, páginas web, acuerdos, leyes, y demás manifiestos que se abren a la constante opinión pública; y que varía de acuerdo a la diversidad y entorno social, es decir, de acuerdo a la cultura.

“La cultura es, pues, esencial para la aprehensión del mundo del Arte sea cual sea el objeto concernido y considerado… En cuanto al objeto, éste solo adquiere su sentido con la cultura, el temperamento y el carácter de la persona que aprecia el trabajo.”

Onfray, M 2005. P. 69

Hay quienes según el entorno cultural que les rodea (especialmente en España), expresan su apoyo viéndolas como un legado antiguo que debe respetarse porque provee a la población de beneficios y simbolismos religiosos, morales, económicos y estéticos; basándose en que genera empleos, recreación y promueve el deporte desde muchos años atrás.

Otros (con otras condiciones culturales y creencias) tienen una opinión muy distinta, describiendo la tauromaquia como algo que debería erradicarse por su total y visible falta de respeto a los derechos animales de los toros utilizados, argumentando que esta celebración crea en la sociedad una conducta inmoral y poco ética; que da pie a un pensamiento con indicios de violencia y vulgaridad.

Hasta aquí los argumentos que poseen ambas partes son interesantes, pero requieren de un profundo análisis que da pie a muchas preguntas; aunque podemos comenzar con la siguiente: ¿todas esas razones son suficientes para decir si el toreo es un arte?

Artista Anónimo (1506). «Corrida de toros en Benavente en honor de Felipe el Hermoso».

El “Arte Taurino”: por qué sí

Es difícil precipitarse a afirmar que el toreo es un arte; sin embargo, para muchos, ésta es la máxima glorificación y aporte español a la sociedad, la viva imagen de la pasión y del sentir, e incluso muchos artistas consagrados le han usado en sus obras.

“Creo que los toros es la fiesta más culta que hay en el mundo. Es el drama puro en el cual el español derrama sus mejores lágrimas y sus mejores bilis. Es el único sitio donde se va con la seguridad de ver la muerte rodeada de la más deslumbradora belleza”.

García Lorca Citado por Ríos Ruiz, 1990. P 39-40.

De esta forma, algunos de los seguidores del espectáculo taurino aseguran que es un arte porque posee las características que según ellos “hacen que el arte sea arte”, valga la redundancia:

1) Inducir una reacción emocional en quienes la ven (como lo mencionaba Lorca en su cita)

2) Evolucionar, cambiar de técnicas a lo largo de la historia como lo han hecho los métodos de toreo

3) Producirse para un público, que en este caso es masivo y le hace popularmente aceptado.

 4) Requerir de una habilidad o destreza (ciertamente hay que poseer agilidad para un acto de este tipo)

Y sí, muchas veces todo eso ocurre en el arte; pero, todo esto nos lleva a preguntarnos: Entonces, para que algo sea arte, ¿necesariamente debe poseer estas características?: En realidad, no es algo comprobado. Así pues, aquí al más puro estilo socrático intentaremos cuestionar cada uno de estos puntos.

el toreo es un arte

Dalí (1968) La Tauromaquia IV, c. 

Refutando las bases del arte: por qué no

Dicen que para que sea arte debe hacerte sentir algo; cosa que hasta cierto punto es verdad. Hay quienes se emocionan al ver a la Gioconda y consideran un objeto fuera de lugar al urinario de Duchamp, otros opinan lo contrario; en ambos casos hay emociones y tal como lo menciona Michel Onfray en su Antimanual de Filosofía: todo es cuestión de lo que llamamos “Gustos”. Pero a veces ocurre que existen aquellos a los que las obras de arte no les generan nada y no por eso dejan de ser arte; así como también hay otro montón de cosas que nos causan emociones y no por ello SON arte.

Segundo, en cuanto a que debe tener evolución podemos decir que es relativo, puesto que muchos artistas sí evolucionan y prueban con todos los estilos posibles, mientras que otros se mantienen solo en una misma técnica sin que esto afecte su concepto de arte.

El tercer punto habla sobre tener público, cosa que es cuestionable, porque muchos artistas no realizan sus obras con la finalidad de exponerlas a alta voz; muy por el contrario, a veces son una creación privada, una parte íntima que su autor da a conocer cuando decide que es su deseo hacerlo.

Finalmente, ¿Es cuestión de habilidades o destrezas? Antes de que Duchamp presentara el famoso Urinario podíamos decir que el arte requería de gran habilidad, incluso se llegó a hablar de una especie de don o privilegio; luego esto se vino abajo al quedar demostrado que no solo quien pinta o esculpe es artista, sino que detrás de él hay muchas piezas clave para la concepción de una obra.

Entonces no es la emoción, ni la evolución, ni el público, ni la habilidad lo que determina si el toreo es un arte, o al menos no en la contemporaneidad.

Goya  (1816). Temeridad de martincho en la plaza de Zaragoza

El código y contexto: otra forma de saber si el toreo es un arte

Michel Onfrey nos menciona que el arte siempre requiere de un decodificador, una persona con un conocimiento previo para lograr comprender aquello que se le está mostrando; entonces, si el espectador reconoce el origen y los códigos, ¿el toreo es un arte?

Los orígenes de la tauromaquia se han confundido con los años, aunque muchos historiadores le relacionan con las fiestas, juegos y circos romanos, que a su vez se basan en la mitología griega de historias como la del minotauro, en el que la derrota al animal se convierte en un símbolo de poder y superioridad del hombre. Esta sería una forma en que el aficionado podría argumentar su postura; aun así, muchos acuden a la celebración sin tener idea de ninguno de estos fundamentos y todavía le consideran un arte.

Por ello existe el argumento de que el código artístico de estos eventos está en la vestimenta ornamentada del torero o en los movimientos que éste realiza para evadir al toro, pero juzgar a la tauromaquia como arte solo por estos elementos sería como juzgar a un cuadro por su enmarcado o sus colores, su superficialidad, sin mirar el significado de lo que representa verdaderamente.

Quizá entonces es una cosa de contexto; es decir, tal vez la tauromaquia funciona como arte dentro de los límites de una plaza de toros, una arena y una vestimenta, pues si una persona cualquiera, sin un traje, en una acera publica hiciera este tipo de hazañas sería considerado un loco, pero en las condiciones dispuestas especialmente para esta actuación, se le vería como un valiente, cuyos actos son totalmente aceptados por aquellos que pagan para ir a verlo, como una especie de acuerdo.

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Pablo Picasso (1959). La Tauromaquia. Salto con la garrocha.

¿Y si nos guiamos por la filosofía y la moral?

Estos acuerdos o convenciones son comunes, pero también existen aprobados acuerdos morales en contra como la lucha social contra el maltrato animal; ¿hasta qué punto el arte (si el toreo es arte) hace tolerable el uso de la violencia?

Hemos visto en otras ocasiones cómo se usa el dolor en performances u obras de otro tipo: Algunos dicen que el arte lo justifica poniendo por encima la belleza y virtud, ya que según el concepto del Areté (concepto griego de la virtud), todo lo bello es bueno y todo lo bueno es verdadero.

Para muchos la tauromaquia representa la belleza de luchar por la vida, de la superioridad del hombre ante los demás seres; lo que significaría que la lucha y la superioridad son buenas y verdaderas, aunque para ser sinceros, esto se remonta a una creencia prehistórica con influencias mitológicas que con el pasar de los siglos ya no es una prioridad.

La pasión por los toros pasa a ser acá la pasión de los toros (más allá de si es arte o no) y, para ser justos, ¿qué sucedería si en vez de utilizar a un toro utilizásemos una máquina, un perro, o incluso a otro ser humano? ¿seguirían las corridas significando lo mismo?… es un cuestionamiento bastante válido: ¿Está el arte en los materiales?; sería como cambiar la pintura por sangre o excrementos, cosa que muchos han hecho ya. Pero estoy segura de que si suplantásemos a este ya mencionado toro, para muchos aficionados sería una ofensa.

Las preguntas podrían abarcar largas páginas, se trata de seguirlas haciendo no solo con esto, sino con cada expresión cultural.

¿El toreo es un arte? muchos seguirán afirmando que sí, muchos seguirán estando en contra, otros simplemente lo ignorarán, así que todo queda dentro de la reflexión que cada persona considere moral y culturalmente razonable.

rosalia el toreo es arte
  • Rosalía en su video musical de ‘Malamente’.
  • Imagen del banco Pixabay.

Bibliografía

Ríos Ruíz, M. (1990), Aproximación a la Tauromaquia, España, Editorial AKAL

Onfray, M. (2005), Antimanual de Filosofía, Madrid, España, Editorial EDAF.

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Grecia Celeste

Soy una joven  exploradora de la imagen, la introspección y la literatura como maneras de inspirar y crear. Busco la conexión emocional y narrativa en cada proyecto;  indago, analizo… diseño historias.

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