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Leer másEl significado psicológico de la mitología: ¿es el mito el origen de nuestras acciones?
Intervención fotográfica, fotografía del banco Pixabay
Los mitos se presentan ante nosotros como los portadores de un contenido ancestral, una sabiduría mística que contraría al pensamiento moderno y que parte de un universo lleno de misterios que, ni aún con los grandes avances de la ciencia, ha podido quedar plenamente claro. Sin embargo, aunque cada pieza del antiguo rompecabezas cultural representa para nosotros un enigma, su influencia ha trascendido hasta el punto en el que las antiguas historias se funden totalmente con nuestra cultura y forma de pensar, creando así un símbolo portador de gran carga evocativa cuyo contenido se convierte en una parte importante del desarrollo social; lo que causa en el estudio del pensamiento una interrogante sobre el verdadero significado psicológico de la mitología como determinativo del hombre y sus acciones.
Tal vez muchos permanezcamos indiferentes ante el tema, pensando en que el desarrollo de la civilización actual nos permite despojarnos de toda creencia antigua que no se relacione con la formalidad que la ciencia nos ha otorgado, considerando estos relatos algo que forma parte de nuestro pasado, pero no de nuestro futuro; aun así, la añoranza por nuestro origen es uno de los sentimientos más instintivos que el hombre posee y del que le es imposible sustraerse. Como bien lo decía Jung (2002):
Hacia fuera se es una especie de hombre civilizado, y por dentro, primitivo. En el hombre hay una parte que no está dispuesta a desprenderse realmente de los comienzos, y otra que cree haber superado hace tiempo todo eso en todos los aspectos. (p.253-254)
Nos es imposible despegarnos de ello puesto que los mitos, las leyendas, las narraciones fantásticas que incluyen mundos y personajes ajenos a esta realidad, se han vuelto íconos de nuestra historia, otorgándonos un alto significado psicológico de la mitología al invitarnos a participar de experiencias que de una u otra forma nos pertenecen y ayudan a describir la manera de percibir la vida a lo largo del tiempo.
El pensamiento idílico hacia lo que nos antecede ha permitido la transcendencia de historias y enseñanzas que se mantienen de generación en generación, y por las que todos nos vemos influenciados a través de narraciones forjadas en una combinación de saberes, culturas e imaginarios que idealizan nuestros orígenes y sugieren la existencia de que hay algo más allá: algo tan intrincado en nuestra historia, un significado psicológico de la mitología que, a pesar de los años, se mantiene vigente.
El origen de nuestros orígenes
Desde las cavernas, el hombre ha sentido el impulso por comunicarse: expresar sus deseos y temores se convirtió en una necesidad sin la cual no era posible la supervivencia. A partir de entonces, cada vez que aparecía algo difícil de explicar, se creaba una nueva historia: una nueva creencia que servía como advertencia de aquello que había fuera y que estaba mas allá de la razón humana.
Con el pasar de los años, la capacidad del pensamiento trajo consigo cuestionamientos más amplios de orden simbólico, como de dónde proviene el mundo, la lluvia, los mares, la naturaleza y todo lo que la rodea; moldeando poco a poco una serie de razonamientos cuyo origen está tan perdido en el tiempo, que es ya imposible de localizar. Entonces, según cada interpretación de la vida, el compendio fue ampliado y utilizado para ejemplificar las respuestas de cada enigma estableciéndolas como si todo pudiese ser explicado por un suceso, un acto que le volviese creíble; puesto que, en palabras de Mircea Eliade (1949)
«El hombre arcaico no conoce ningún acto que no haya sido vivido por otro, otro que no era hombre».
(Cita por Teresa Andreu, 2010, p.7)
Así, se dio pie al mito, que es concebido como un símbolo, un código perteneciente a un espacio semiótico –gobernado por símbolos– en el que funcionan distintas formas de expresión colectiva y filosófica.
«Es una consustancialidad y una realidad viviente que sostiene un universo cosmogónico, es razón, certeza y casualidad»
(Martínez, 2011, p.187)
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¿Cuánto nos afecta la mitología como sociedad?
La carga simbólica que posee el mito es tan amplia que ha llegado a causar una diferencia entre las sociedades que le acuñan, por lo que no es de extrañarse que los mitos sean de interés para áreas como la arqueología o la historia; ya que bajo el ala de su estudio se han encontrado innumerables narraciones referidas a toda clase de sucesos que se vinculan directamente con el desarrollo cultural de cada territorio.
En la enorme extensión de los espacios geográficos cada mito varía, cada relato se cuenta de forma distinta y cada reapropiación o creación nos expresa las creencias y el desarrollo de la sociedad a la que pertenecen, puesto que generalmente, el nacimiento de dichos mitos está estrechamente ligado a códigos culturales que describen el modus vivendi de quienes los crean, mostrando a través de sí, un camino que les separa del resto de las sociedades; una visión distintiva que dibuja la perspectiva de las creencias religiosas y convivenciales, formadas mediante un culto que suele idealizar sucesos y personajes, convirtiéndolos así en epopeyas y deidades que forjan los contenidos del significado psicológico de la mitología.
Al igual que sucede con muchas otras civilizaciones en todo el mundo, los mitos han funcionado como factores importantes para la estructuración. En los países nórdicos, por ejemplo, se mantienen muy presentes las menciones de Odín, Loki, Freyja, Thor y algunos otros seres con características humanas y divinas que forman parte de todo un fascinante compendio, mostrado cual universo paralelo en el que se desarrollan historias de todo tipo, ramificándose hasta convertirse en un pilar para el modo de pensamiento en el que viven sus habitantes.
Así mismo, en la antigua Grecia solemos hallar semejanzas con respecto a la personificación de los dioses y su denominación de superioridad y omnipotencia, determinada a través de espacios idílicos como el Olimpo, donde nacen deidades bajo los nombres de Zeus, Poseidón, Artemisa y muchos más que son la fuente del desarrollo arquitectónico, filosófico, literario y social del que parte la Polis –ciudad estado griega–, lo que conforma una muestra evidente de que, en definitiva, su presencia (aun sin ser comprobable) es más relevante de lo que creemos, pues es un hecho que se mantiene en todo espacio donde habite el ser humano.

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De esta forma, observamos que la mitología no solo sirvió como incentivo para creaciones materiales y de culto, sino también trascendió como base de muchas religiones y creencias que lograron formar individuos apegados a distintos valores morales, dentro de los que se crearon (y se siguen creando) paradigmas muy arraigados que cada quien tomó como propios; apegándose a fechas, celebraciones, festividades y todo tipo de acciones que tienen como fin la reafirmación de aquel anhelo por el legado histórico.
Pero entonces, ¿cuál es la verdadera influencia y significado psicológico de la mitología?
El Mito que somos
El lenguaje simbólico del mito es algo que traspasa el hecho narrativo; es un tejido que puede leerse de muchas formas que van mas allá de lo obvio e inmediato, por lo que posee en sí mismo un nivel connotativo que combina distintos niveles de retórica que según su interpretación invita a observarle bien como una metáfora, o bien como un hecho posible.
La idea de que exista algo que está por sobre nosotros y determina nuestro destino, es una creencia que para muchos es verídica, tomada como algo totalmente literal; mientras que para otros es inexistente, ficticia; siendo entonces una creación subjetiva que no es racional ni irracional, pero que aun así forma parte de nuestros intereses.
Es de allí de donde parte el anhelo por entender el significado psicológico de la mitología, cuyo análisis a través de distintos estudios ha tratado de llegar a la verdadera conexión del hombre con el mito, concibiendo a cada persona como un reflejo de aquello que le antecede.
Lo verídico es que las diversas teorías, tienen en común que las antiguas historias no solo se consolidan como la vía para la creación material y paradigmática mencionada anteriormente, sino que poseen una enorme influencia en las acciones que ejercemos como individuos, ya que de maneras inconscientes les citamos y les revivimos como forma de expresión, por lo que suelen ser un pilar importante para nuestras vivencias personales.
Teresa Andreu, en su libro “los mitos que vivimos”, nos ofrece un aporte que puede ayudar a entender el significado psicológico de la mitología, observando al mito como una especie de vicisitud en el viaje que llamamos vida. Así pues, cada vez que necesitamos respuestas acudimos a experiencias y senderos previos que nos ayudan a resolver, entender y ejemplificar las circunstancias, hecho que da pie a manifestaciones tan arraigadas como la astrología o la religión; permitiendo muchas veces que el hombre se refleje en prospectos predefinidos.

- Géminis. Intervención fotográfica, fotografía del banco Pixabay
La proyección del hombre en una figura que se superpone a él y le ayuda a trascender o le empuja hacia la adversidad, es una circunstancia que se observa en toda situación habitual; motivo por el cual los psicólogos han nombrado diversas clases de neurosis a partir de mitologías que representan pensamientos o estados mentales, situación que vemos ejemplificada en términos como “Complejo de Edipo” (Mito de Edipo Rey), “Narcisismo” (mito de Narciso), entre otros. Dicha idea sugiere al mito como la perfecta muestra de los procesos que tienen las pulsiones en el subconsciente, y que puede verse reflejada en cualquiera de los relatos, siendo por ejemplo La Odisea un camino en el que el hombre se enfrenta a sus yoes y monstruos pulsionales, o La caverna de Platón una metáfora de la mente humana en la que se manifiestan las sombras de la inconsciencia.
En este sentido, tenemos claro que el significado psicológico de la mitología y la influencia del pasado en nosotros son gigantescas; el verdadero dilema surge cuando pensamos en el orden de sus relaciones. Hay quienes opinan que es el mito quien nos crea, quien nos define como individuos pertenecientes a una sociedad con una forma de pensar estructurada; mientras que existen aquellos que teorizan lo contrario, manifestando que somos nosotros los que accionamos un pensamiento y luego lo justificamos.
Tal como si nos preguntásemos si fue primero el huevo o la gallina, el saber si el origen del mito es el acto o viceversa, es un problema que no está cerca de resolverse; las posturas de Freud y Jung sobre el significado psicológico de la mitología, nos muestran dos hipótesis en las que se contrapone el mito como idea generadora vs el mito como idea generada; aunque tal vez, si nos lo pensamos con calma, podemos hallar en ambos un poco de razón; puesto que quizá nuestra idealización hacia el amor parta de historias tan famosas como la leyenda japonesa del hilo rojo, o nuestra ansiedad por el fin del mundo se refiera a mitos como el del Ragnarök; relatos que se arraigan en nosotros y que van reapropiándose para crear nuevos universos mitológicos de los que la sociedad se irá haciendo partícipe con los años, formando nuevos ciclos y, con ellos, nuevas historias que contar.

- Las Cosmogonías. Intervención fotográfica, fotografía del banco Pixabay
Bibliografía:
Andreu, T. (2010), Astrología y mitología: los mitos que vivimos, [archivo PDF] Barcelona, España, editorial Marcella. Recuperado de: http://libroesoterico.com/biblioteca/Astrologia/Astrologia%20Y%20Mitologia%20Teresa%20Andreu%20Ed%20Indigo.pdf
Zecchetto, Victorino. (2002). La Danza de los Signos. [archivo PDF] Quito, Ecuador. Ediciones Abya- Yala. Recuperado de: https://digitalrepository.unm.edu/cgi/viewcontent.cgi?referer=https://www.google.co.ve/&httpsredir=1&article=1003&context=abya_yala
Scrimieri, M. Rosario (2008). Los Mitos y Jung. [archivo PDF] Amaltea: revista de mitocrítica, N°0. págs. 87-112 / ISSN-e 1989-1709. Recuperado de: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2964762
Martínez, H.Martín. (2011). La función social y psicológica del mito. [archivo PDF] Káñina, Rev. Artes y Letras, Univ. Costa Rica. XXXV (1): 187-199/ ISSN: 0378-0473. Recuperado de: https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/kanina/article/view/694/755
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Grecia Celeste
Soy una joven exploradora de la imagen, la introspección y la literatura como maneras de inspirar y crear. Busco la conexión emocional y narrativa en cada proyecto; indago, analizo… diseño historias.